Infecciones Urinarias

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INFECCIONESInfecciones urinarias

En las personas sanas, la orina de la vejiga es estéril; no hay bacterias ni otros microorganismos infecciosos presentes. El conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo (uretra) no tiene tampoco bacterias, o contiene muy pocas, por lo que no es posible que causen infección. Sin embargo, cualquier parte de las vías urinarias puede infectarse por distintas causas, y entonces se produce una infección urinaria.

La importancia de las infecciones urinarias radica no solo en su frecuencia, sino también en el riesgo que entrañan de originar otras alteraciones, como extensión de la infección, lesión renal progresiva e irreversible, y recurrencias, cuyo tratamiento y prevención resultan a menudo difíciles.

Se pueden distinguir distintos tipos de infecciones urinarias:

  • Bacteriuria: bacterias en la orina, que puede ser asintomática, si dos cultivos de orina consecutivos son positivos en un paciente sin síntomas.
  • Infecciones del tracto urinario (ITU) inferior:comprenden la cistitis (infección de la vejiga), la uretritis(infección de la uretra), la prostatitis (infección de la próstata) y la orquiepididimitis (infección de los conductos encargados de la formación y excreción del semen).
  • Infecciones del tracto urinario superior: incluye, entre otras afecciones, la pielonefritis aguda; en estos casos la infección alcanza a uno o a ambos riñones.
  • Infecciones urinarias no complicadas: en pacientes con una vía urinaria estructural y funcionalmente normal. Comprende las cistitis y las pielonefritis no complicadas en mujeres jóvenes y sin otras patologías.
  • Infecciones urinarias complicadas: sobre vías urinarias con alteraciones anatómicas o en su funcionamiento, individuos con alteraciones metabólicas, inmunodepresión, o con la participación de patógenos inusuales o resistentes. Las infecciones urinarias en los niños, en los varones y en las embarazadas se deben considerar como complicadas.
  • Infecciones urinarias recurrentes: puede tratarse de recidivas (mismo agente causante), o de reinfecciones (distinto agente causante).
  • Infección urinaria crónica: persistencia del mismo microorganismo durante meses o años, con recidivas tras los tratamientos.

Causas de las infecciones urinarias

Más del 95% de las infecciones urinarias son monomicrobianas (un solo microorganismo), y en un 5% de los casos la infección es polimicrobiana. Escherichia coli es el germen más frecuente (80% de las ambulatorias y 50% de las producidas en el ambiente hospitalario). S. saprophyticus es el segundo agente en orden de frecuencia (5-15%) en mujeres de 15-25 años, especialmente durante el verano; le siguen otras enterobacterias (Proteus,Klebsiella…).

En la mayoría de infecciones urinarias, las bacterias acceden a la vejiga a través de la uretra. Y desde la vejiga pueden ascender a los riñones, produciendo las llamadas pielonefritis.

Entre las mujeres propensas a sufrir cistitis, los microorganismos que residen en el intestino colonizan la zona genital y de la uretra distal, antes y durante los episodios de infección.

Esta colonización genital puede deberse a la alteración de la microflora vaginal normal debido a la ingesta de antibióticos, a otras infecciones genitales, o al uso de ciertos anticonceptivos como los espermicidas, así como a la fricción en la uretra durante el coito. Estas son, en definitiva, algunas de las causas de infecciones urinariasmás comunes:

  • Sexo y actividad sexual: la uretra femenina parece especialmente propensa a la colonización bacteriana por su proximidad al ano, su corta longitud (unos 4 cm) y su desembocadura bajo los labios. El coito propicia la introducción de bacterias en la vejiga y se asocia temporalmente al inicio de cistitis. Además, hay que resaltar que la micción tras el coito disminuye el riesgo de cistitis, debido a que puede favorecer la eliminación de las bacterias introducidas durante el coito. Asimismo, el uso de compuestos espermicidas con un diafragma, o de preservativos recubiertos de espermicida, modifica la flora bacteriana normal de la zona genitourinaria, y se ha asociado a un aumento de infecciones urinarias.
  • Embarazo: se detectan infecciones urinarias en el 2-8% de las mujeres embarazadas. Además, las embarazadas son más susceptibles a padecer infecciones urinarias altas, debido a que los uréteres están más relajados y se mueven menos, entre otras cosas. El sondaje, durante o después del parto, también aumenta el número de infecciones.
  • Obstrucción: cualquier obstáculo que interfiera en el flujo de orina (tumor, estrechamiento, aumento de tamaño de la próstata, cálculos…) aumenta la frecuencia de infecciones.
  • Alteraciones en la inervación (llegada de nervios) de la vejiga.
  • Reflujo vesicoureteral: se define como el paso de orina desde la vejiga hasta los uréteres y, en ocasiones, hasta el riñón, y se produce al orinar o cuando se eleva la presión de la vejiga. El reflujo es frecuente en los niños con anomalías anatómicas de las vías urinarias o en aquellos que tengan las vías normales pero infectadas.
  • Factores genéticos: se ha demostrado que las mujeres que han sufrido infecciones recidivantes tienen más casos de antecedentes maternos de ITU que mujeres que no las han sufrido.

Síntomas de una infección urinaria

Estas son las infecciones urinarias más comunes y sus síntomas:

Cistitis

La clínica básica de la cistitis es la sensación repentina de tener que orinar urgentemente, el dolor-escozor al orinar, laincontinencia, y el dolor en la zona del pubis. Sin embargo, no es frecuente que haya fiebre.

La orina pierde su color claro y se puede volver maloliente y sanguinolenta.

Uretritis

Se debe pensar en ella cuando se trata de un paciente joven con dolor al orinar, de aparición solapada, o de más de una semana de duración, si existe el antecedente de cambio reciente de pareja sexual, la pareja tuvo una uretritis, o se trata de una persona promiscua. En las mujeres cursa con flujo vaginal aumentado, y en los hombres con secreción exudativa uretral.

Vaginitis

La vaginitis se caracteriza por flujo vaginal de características anormales, dolor en las relaciones sexuales y picor genital. No suele haber bacterias en la orina.

Prostatitis aguda bacteriana

Fiebre elevada, escalofríos y afectación del estado general. Este tipo de prostatitis puede acompañarse de síntomas de cistitis, síntomas de obstrucción uretral (dificultad para iniciar la micción, chorro intermitente, goteo postmiccional), y dolor o molestias en región perineal. En el tacto rectal la próstata está aumentada de tamaño y es dolorosa.

Prostatitis crónica bacteriana

Infección recurrente por el mismo microorganismo. El episodio inicial puede estar relacionado con el antecedente de manipulación urológica (como por ejemplo con pruebas diagnósticas). Entre los episodios de infección pueden existir molestias en pelvis o en región perineal, dolor al orinar, o bacteriuria asintomática. No suelen tener episodios previos de prostatitis aguda y el tacto rectal es normal.

Prostatodinia (dolor pélvico crónico)

Dolor o molestias en la región perineal de más de tres meses de evolución, que a veces se dirige a la zona posterior de la pelvis, al recto, a la zona suprapúbica y a los genitales externos. También puede presentar dolor al orinar, necesidad de orinar frecuentemente, y en ocasiones de forma urgente, disminución del flujo de la orina, o la salida de sangre junto con el semen. El tacto rectal también es normal.

Pielonefritis

La clínica típica de fiebre, dolor lumbar y síntomas de infección urinaria aguda se presenta en un 60% de los casos. También puede acompañarse de náuseas, vómitos e, incluso, diarrea. El dolor puede irradiarse a distintas zonas abdominales y hasta inguinales. En ocasiones, los síntomas de infección de vías bajas preceden a la fiebre y al resto del cuadro de pielonefritis en uno o dos días.

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