Disfunción sexual
Tratamientos nuevos con resultados sorprendentesDisfunción sexual (eréctil y orgásmica)
La disminución de la hormona masculina (testosterona) contribuye sólo como un factor agregado a la génesis del problema y su correlación no es clara.
Los factores concomitantes del adulto mayor, como la hipertensión, diabetes, medicaciones, depresión y actitud derrotista, tabaquismo, disponibilidad de la pareja, entre otras, contribuye en mayor o menor grado su actividad sexual.
En la mujer, el tratamiento hormonal sustitutivo para paliar los efectos del climaterio tiene sus indicaciones precisas con riesgos conocidos. En el hombre, el uso de testosterona para solucionar problemas de disfunción eréctil no tiene lógica, ya que ésta actúa sólo como un factor más.
Funcionamiento de la testosterona
En la sexualidad y la reproducción, la testosterona influye en un aumento de la líbido, en calidad y frecuencia de orgasmos.
En la musculatura, la testosterona promueve la síntesis de proteínas y produce el incremento en la masa muscular y en su tonicidad.
En la producción de sangre, la testosterona estimula por acción directa a la médula ósea, aumentado así el número de glóbulos rojos y hemoglobina.
En el cerebro, la testosterona tiene efectos positivos en el desempeño mental, sensación de bienestar general, buen humor y agresividad intelectual.
En la piel, la testosterona estimula la actividad de las glándulas sebáceas. La deficiencia de ésta puede, por consiguiente, inducir a la sequedad excesiva y a una piel sensible.
Este tratamiento debe ser monitorizado con controles periódicos urológicos. Su indicación y beneficios superan los riesgos si la responsabilidad es compartida entre el paciente y el médico.
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